martes, 28 de octubre de 2014

Memoria Histórica celebra un acto de desagravio a las víctimas del franquismo. Faro de Vigo

Memoria Histórica celebra un acto de desagravio a las víctimas del franquismo

Poetas, historiadores y músicos participan en un recital por la "Memoria, Xustiza e Dignidade"

28.10.2014 | 01:56
Memoria Histórica celebra un acto de desagravio a las víctimas del franquismo
Memoria Histórica celebra un acto de desagravio a las víctimas del franquismo
La Asociación pola Recuperación da Memoria Histórica de Marín celebró el pasado fin de semana un acto por la "Memoria, Xustiza e Dignidade", tras los atentados perpetrados contra el monumento situado en el lugar de Cruz da Maceira. Además de una ofrenda floral en este símbolo de la represión, se desarrolló un acto en el Multiusos de la Plaza, en el que intervinieron Enriqueta Otero, presidenta del colectivo, la profesora Ana Acuña que leyó un manifiesto, además de celebrarse un recital poético musical, en el que intervinieron varias personas del ámbito social, artístico e musical, como Alba Méndez, Ana Acuña, Carmen Blanco, Claudio Rodríguez Fer, David Iglesias, Felipe Rea, Laura Romero, Lucia Novas, Mardeafora, Mini e Mero, Pepe Cáccamo, Samu Acuña, Marina Quintillán, Lía y Pepe Álvarez.
La asociación agradeció la participación de todos los que colaboraron con esta iniciativa en desagravio a las víctimas de la represión franquista. La presidenta, Enriqueta Otero, destacó la satisfacción del colectivo por la "masiva asistencia" al acto, lo que supuso "una clara y rotunda manifestación de repulsa a los atentados perpetrados contra el monumento de Cruz da Maceira, así como también hacia las pintadas realizadas en diferentes lugares de Marín y entorno, de clara apología del fascismo".
"Queremos destacar y agradecer de manera especial la presencia de Francisco Martínez Quico, guerrillero antifranquista y de Fernanda Cedrón, nieta del guerrillero conocido cómo Gardarríos, testigos directos de aquella barbarie pero también personas transmisoras incansables de esperanza y de restitución de nuestra memoria", añadió Otero.

domingo, 12 de octubre de 2014

Ahora soy guerrillero contra el olvido

Entrevista

´Ahora soy guerrillero contra el olvido´

Francisco Martínez Quico celebró en Zarandona el segundo cumpleaños de los Yayoflautas

12.10.2014 | 00:37
´Ahora soy guerrillero contra el olvido´
´Ahora soy guerrillero contra el olvido´
La Guerra Civil española terminó oficialmente en 1939, pero no para todos. Multitud de hombres y mujeres, declarados contrarios al gobierno que se instauró después del golpe de estado militar –o simplemente sospechosos de serlo-, tuvieron que escapar a la represión por la vía del exilio o del monte, desde donde lucharon por defender la II República. Surgió así la figura del opositor al franquismo, del guerrillero, o del 'maquis', que luchó en la clandestinidad para devolver la democracia al pueblo. Francisco Martínez López 'Quico', de 86 años, fue uno de los guerrilleros que protagonizó este periodo histórico y ayer celebró el segundo aniversario de los Yayoflautas de Murcia en la Asociación de Vecinos de Zarandona.
Francisco abrazó desde muy pequeño el apego a la República y la causa de los trabajadores. Sus padres, campesinos, eran reconocidos socialistas y su casa, ubicada en la región del Bierzo, sirvió de enlace y refugio para muchos de los que fueron compañeros suyos más tarde.
«El régimen nos hizo madurar deprisa y con diez años ya espiaba los movimientos de la Guardia Civil para avisar a 'los del monte'», contó.
Después de ser delatado por un falangista, entró a prestar servicio a la Guerrilla en 1947 («allí elegías entre la vida o la muerte porque sabías que si te descubrían era el final») y permaneció en ella hasta 1951. Durante estos años sufrió la pérdida de amigos, supo de las torturas a las que eran sometidos los detenidos, pero también aprendió valores que «no están presentes hoy en día en nuestra sociedad».
«La Guerrilla fue una iniciativa de abajo, del pueblo, y allí aprendimos a convivir comunistas, anarquistas, socialistas y gente sin afiliación, porque teníamos un mismo objetivo: derrocar la dictadura». Además, fue testigo del empoderamiento de las mujeres, «que realizaron un papel imprescindible, como enlaces y como luchadoras, muy a pesar de los nazis».
Cuando se terminó este periodo Quico tuvo que exiliarse a Francia, de donde regresó, «sin identidad», en 1976. Ahora, sigue siendo guerrillero, pero ya no contra Franco, sino contra el olvido, «porque en España se ha querido silenciar todo lo que ocurrió entonces y la historia que conocemos es la que contó Franco». «Aún no nos han pedido perdón».